miércoles, 30 de enero de 2019

Conseguir el triple objetivo


  Jugar en la liga universitaria americana (NCAA), compatibilizar los estudios con el baloncesto y mejorar su nivel de inglés es lo que empuja a nuestros jugadores a marcharse a EE.UU  

 Dentro de la NCAA los deportistas españoles ocupan el cuarto lugar en el ranking por número de jugadores. Llegan a esta liga tras acabar en España la enseñanza secundaria, terminar la etapa junior en baloncesto y no encontrar un equipo con nivel suficiente que les permita combinar clases y entrenamientos. 

Ramón Corrales, director general de AGM Sport (la mayor agencia de gestión de becas deportivas en España para las tres divisiones del NCAA) nos comenta que en
EE.UU. compatibilizan ambas actividades perfectamente. Allí el deporte universitario es la cantera natural de donde salen los deportistas profesionales. Se premia al estudiante-deportista, y eso ha creado un sistema que anima a los jóvenes talentos de todo el mundo a buscar su sueño americano. En concreto, este año catorce jugadores españoles disputan la primera división de la NCAA. Y entre las chicas, el desembarco todavía es mayor, cerca de veinte. 

Los datos que Open Doors publica  del curso  2017/2018 sobre España en cuanto al intercambio educativo, es que 7.489 estudiantes estuvieron el curso pasado en EE.UU. Y desde hace una década, cada año la cifra va en aumento

 Por el contrario en España, nuestros jóvenes deportistas, siendo aún adolescentes, se ven ante el dilema de seguir esperando la oportunidad de su vida, o intentar algo distinto. En el caso de Jorge Bilbao lo vió claro gracias a su entrenador Txutxo que le orientó para solicitar una beca deportiva, y decidió hacer las américas. Nos explica cómo funciona el proceso: “En la NCAA te dan una oportunidad inmejorable para compaginar los estudios universitarios y jugar un baloncesto de alto nivel. Tienen muchos recursos para llevar bien las clases, con tutores y sesiones de estudio a tu disposición”.

 
Pero no es solo el caso de Jorge Bilbao, hay bastantes más experiencias en esta misma línea. Roberto Calvo redactor deportivo del diario DEIA, y experto en baloncesto enumera otros tantos ejemplos. Como el de Aitor López-Bretón que tras su primer año en el Tallahasee Community College, acabó matriculándose en la Universidad de Ouachita Baptist University, en el estado de Arkansas, y que por su perfil está jugando entre el puesto tres y el cuatro. Ha participado en 30 partidos con trece minutos de media. Cambió mucho su complexión, llegó pesando 80 kilos y ha ganado casi 20 más. La pretemporada le fue muy dura, con entrenamientos de casi cuatro horas, y pesas en los que muchas veces no tocaba balón. Hoy en día sabe que ha progresado mucho tanto en lo físico y como en lo técnico. Cuenta otro ejemplo, el de Imanol Artiñano que esta temporada termina su cuarto curso en el West Virginia University, y le ve entusiasmado con su experiencia vivida, la progresión que ha tenido durante estos años y el nivel de inglés conseguido. Ha mejorado física y mentalmente, y ha madurado en la forma de tomar decisiones. 

 También menciona al jugador Ander Pérez que pasó su primer año en Estados Unidos sin poder jugar, aunque su carrera sobre Comunicación la empezó desde el primer año. Y ya en el segundo participó en dieciséis encuentros con la Universidad de Southeastern Oklahoma State, (en la misma conferencia que Aitor López). Es optimista por la progresión que ha tenido y su adaptación al juego “mucho más físico y rápido y con mucho uno contra uno”. Nota que físicamente está mejor. Que ha cogido fuerza y ha ganado unos 14 kilos pasando de 96 que pesaba en España a 110 ahora. 

 
De Jon Manjón, el más nuevo entre los bilbaínos en USA, Roberto Calvo cuenta que es el que está más lejos de su casa, pues juega en el Barstow Community College de California. Y como el resto de sus compatriotas, tras acabar la etapa junior en el Colegio Unamuno tenía pocas oportunidades de jugar en un buen equipo al pasar a senior. Cuando llegó a EE.UU. se encontró con un nivel de juego muy alto, así que tuvo que aprender mucho en poco tiempo. Otra sorpresa es que pensaba que todos sus compañeros iban a ser de su edad o de un año más, pero la mayoría tenía entre 21 y 25 años. 

 A pesar de las distintas anécdotas que nos muestran cada una de las historias que hemos visto, el denominador común a todas ellas es que son casos de éxito, tanto en los estudios, como de progreso en el baloncesto, y en el desarrollo personal. Así que la siguiente pregunta es por qué no se hace algo parecido en España. Ramón Corrales (AGM) explica que aquí eso no es posible por cuestiones financieras y culturales. Dice que en EE.UU. el deporte universitario es la cuna de los jugadores profesionales. Y en España la gestión del deporte la hacen los clubes y las federaciones, con lo que es imposible mantener a los deportistas estudiando hasta los veintidós años. 

 
Sobre el tema de la preparación física, Jorge Bilbao jugador de los Mavericks de la Universidad de Texas-Arlington en Estados Unidos, comentaba que allí le dan mucha importancia al entrenamiento físico, pero que también se trabaja mucho en la técnica individual de todos los miembros del equipo. Los entrenadores siempre dispuestos a ir al pabellón a meter sesiones de entrenamientos extra y podemos ir y trabajar en nuestro juego y nuestra técnica siempre que queramos. En su opinión lo de evolucionar físicamente pero no técnicamente depende del trabajo que quiera poner cada jugador en el día a día. Lo de que se estanca uno en lo técnico es solo una leyenda urbana. 

 Otro capítulo es como conseguir ser admitido en estas prestigiosas universidades americanas. En el caso de Jorge Bilbao contactó con AGM Sports, una agencia que ayuda a chicos y chicas de todos los deportes a dar el salto a Estados Unidos con becas deportivas, y ahí empezó a trabajar con ellos en todo lo que había que hacer. Cuenta que tuvo que grabar varios de sus partidos y ponerlos en YouTube, así como un vídeo de highlights para que los entrenadores en Estados Unidos pudieran verle jugar. Pero eso no fue todo sigue con los trámites: “Hubo que completar muchisimo papeleo y también tuve que hacer en Navidad la selectividad americana. Todo esto mientras cursaba 2º de BAC e intentaba compaginar estudiar con el jugar en varios equipos a la vez”. Según explica fue un proceso muy largo y le llevó muchísimas horas, pero por suerte salió todo increíblemente bien.   

A continuación recabo más información sobre la agencia AGM Sports, y es Gonzalo Corrales su manager quien nos detalla los requisitos: “Cuanto mejor es el deportista, más interés generará en EE.UU. y más universidades estarán interesadas en él. Además de ser buen deportista, el estudiante tiene que haber terminado el bachillerato sin haber repetido ningún curso y realizar los exámenes TOEFL y SAT” También dice que existen otras oportunidades para deportistas de poco nivel, que quieran compatibilizar estudios y deporte, pero que tengan algo más de presupuesto para esta experiencia internacional. Para ellos buscan universidades donde puedan hacer las dos cosas, donde puedan conseguir becas internacionales y que bajan el coste a menos de 20.000 dólares por año, en vez de los 35.000 o 40.000 que suele costar el año académico en EE.UU., apunta Corrales. 

 Admitido en la Universidad por la que optó, llega el momento en hacer acto de presencia en sus instalaciones. Jorge Bilbao lo recordaba así: “Desde el primer día me alojé en mi propio apartamento al lado del estadio. Podía utilizar una cocina y salón en común con otro compañero del equipo. Disponía de tutor académico que me orientaba en la elección de las asignaturas y horarios y además me proporcionarme tutores personales”. 

 Y tras cuatro años en la que estos jóvenes deportistas han estudiado una carrera y jugado al baloncesto, llega la hora de plantearse nuevamente el dilema de qué van a hacer con su proyecto de vida
  
luis sordo iglesias @sirgledo

sábado, 19 de enero de 2019

¿ Es California bilingue ?


 El 35,8% de los californianos habla español, por ello los políticos en campaña electoral retoman el aprendizaje de este idioma 

 La mejor  palabra que define a California es su diversidad. Diversidad de ambientes, etnias, lenguas y culturas. En extensión es el tercer estado más grande de EEUU y el más poblado. Hablar español -además de inglés- en California ha pasado de ser un estigma social a suponer una ventaja laboral porque lo habla el  13% de la nación y toda Hispanoámerica.  Es una lengua que es parte de su cultura e historia y convive de forma paralela con el inglés perfectamente.

Lola y Martin un matrimonio de los tantos que pasean por Santa Mónica lo expresa así: “Nos encanta California, hay variedad de paisajes, clima agradable, lindas playas, y en este país de emigrantes se nota como la cultura hispánica va ganando terreno cada día”. 

 Jimena residente en Los Angeles desde principios de este año nos dice: “Parece que en California es siempre primavera. En el aire se respira un relajo inusual para los Estados Unidos. En el embarcadero de San Diego vi a un hombre que equilibraba rocas en silencio y paz, una tarea que parece imposible, hecha con solo su voluntad y concentración. Pero siempre lo mejor es la playa, la arena, el viento, la inmensidad del mar.

Mayelle nos habla de la adaptación: “La vida es muy distinta. No existe ‘la marcha’ y se sale bastante poco en relación a como lo hacemos en España. Aquí hay una gran diversidad étnica y sobre todo muchísimos mejicanos. Al principio te choca mucho esta cultura que es muy distinta de lo que estamos acostumbrados; y el aprender la forma de hablar de los mexicanos, centroamericanos, o sudamericanos. La verdad es que representa un esfuerzo, pero a la larga te acostumbras”. 

Una opinión que matiza las anteriores es la de Alberto Cuadra: “Creo que los medios españoles han cultivado la percepción de que el español es literalmente una especie de lengua cooficial. No llega a tanto en California, la lengua oficial es el inglés aunque el castellano lo habla gran parte de la población. Lo atractivo aquí son las oportunidades de trabajo y de negocios que son casi infinitas”.

Sin embargo, Gloria, Licenciada en Ciencias Políticas y de ascendencia asiática que va a viajar a Madrid para hacer un curso, comenta: "En Los Ángeles hay 
mucha gente que habla español y  aprenderlo es casi una obligación teniendo en cuenta las ventajas promocionales que implica, no sólo en el aspecto laboral, sino como enriquecimiento cultural, en todo lo que este idioma conlleva".

La  herencia española permanece no sólo en la toponimia de sus lugares y ciudades, sino también en su cultura. Muchos desconocen que los ranchos de cowboys son de origen español; lo mismo que el origen del  dollar americano

Importante fue también la ayuda de España a EEUU en su lucha por la independencia. Lo que entonces eran las 13 colonias inglesas. San Agustín, la ciudad más antigua de Estados Unidos, fue fundada por españoles, al igual que San Francisco, San Antonio, Los Ángeles, Santa Fe, San Diego, etc. Ocho de los cincuenta estados que forman Estados Unidos  conservan su nombre: California, Colorado, Florida, Montana, Nevada, Nuevo Méjico, Texas. 

ríos como Bravo, Sacramento, Colorado, Grande. En San Diego, en el extremo sur de California, se encuentra Parque Balboa, nombrado así en honor a Vasco Núñez de Balboa -primer europeo que descubrió el Océano Pacífico-. 

Se habló antes que el inglés 
Durante décadas, el español ha sido la lengua del inmigrante, la que se escuchaba en las casas de los que buscaban el sueño americano y en muchas cocinas de restaurantes. Ahora, sin embargo, también surge en las campañas electorales. Es una lengua  extranjera entre comilllas, nos decía el profesor Piña-Rosales, porque se habló  antes que el inglés.
Gonzalo Navajas nos cuenta que: “el español es un caso singular dentro de la historia americana, durante siglos fue la lengua de amplias zonas del país, desde California hasta Texas y Luisiana.  No ha sido nunca una más de las lenguas minoritarias que se hablan en EEUU, como el alemán e italiano en el pasado o el vietnamita y coreano en la actualidad; ha sido siempre parte de la vida social”. 

Fomentar la imagen positiva 
 “Pese a su incursión en la política y su fuerte presencia en grandes ciudades, el español sigue vinculado a la inmigración. Hay que fomentar la imagen positiva, pujante y de categoría del español en Estados Unidos”, dice Piña-Rosales. Y sigue: “Cuando el inmigrante va subiendo en la escala social va abandonando el español, es lo que les pasa a las nuevas generaciones. Lo ven como una lengua de segunda categoría y eso es lo que  tenemos que combatir”.

 Para el director del Instituto Cervantes, Ignacio Olmos, el castellano tiene bases firmes de difusión y crecimiento: “El español es una lengua que va a permanecer en Estados Unidos conviviendo con el inglés, sin amenazarlo, pero convirtiendo país en bilingüe en el medio o largo plazo. Estados Unidos evoluciona hacia lo que se llama técnicamente un bilingüismo funcional. Esta predicción se apoya en una realidad demográfica en cuanto que los habitantes de descendencia hispana están en continuo crecimiento, lo que asegura un  futuro importante para el español”.

  
luis sordo iglesias @sirgledo